Mayumaná, un musical y una obra de arte

MARÍA SHANG, Madrid

Era de esperar que el espectáculo de Mayumaná escondía algo, y así fue.

Últimamente las pocas veces, por desgracia y porque cada vez se suben más a la parra, que voy al teatro salgo con buen sabor de boca; sin embargo, Mayumaná Rumba despertó en el público algo más que ese ritmo musical con el que te vas del espectáculo y te dura hasta que llegas a casa.

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Equipo de actores de Mayumaná/Atrápalo https://www.atrapalo.com/entradas/mayumana-rumba-en-madrid_e4790971/

Se había visto anteriormente trabajar con percusión, musicales con mil historias y rumbas en las que los pies se iban solos. Pero esta vez, el grupo israelí que lleva promoviendo el ritmo veinte años, ha conseguido ir más allá con la ayuda de las canciones del dúo español Estopa. Esta vez han dejado a un lado su premisa de “80 por ciento ritmo y 20 por ciento música” para crear un musical lleno de dinamismo y una historia de amor a lo Romeo y Julieta de barrio en el siglo XXI que realmente consigue enganchar a un público que no es capaz de quitar la vista del escenario hasta que termina el espectáculo.

Con esto que acabo de decir, aprovecho brevemente para recalcar que no todo lo que reluce es oro y, aunque la creación que han realizado los jóvenes percusionistas de Mayumaná es casi insuperable, me veo obligada a decir que el comienzo del musical, ese primer acto, flaquea sutilmente; quizás hecho a propósito para sorprender más adelante a los espectadores. Además, en mi breve aportación, merece la pena decir que se esperaba una aparición en escena del dúo español que ha cedido hasta una canción inédita y jamás grabada hasta la fecha: Miriam; que es uno de los puntos más sobresalientes del espectáculo y más reconocido por los que han tenido la suerte de acudir a ver este musical.

Dicen que la obra dura una hora y media, me lo creo porque mi reloj así me lo marcaba al terminar, pero Mayumaná consigue que te desorientes completamente con esa mezcla de ritmo percusionista utilizando hasta botellas de cristal y cajas de cerveza y parezca que llevas sentado en esa butaca roja del Teatro Rialto de Madrid diez escasos minutos.

Y para dejar con aún más ganas, he de afirmar que es fascinante la manera en la que las últimas escenas han sido compuestas para que la integración y participación del público sea plena y te haga sentir uno más del grupo.

En definitiva, mandos de la televisión a un lado y camino a la Gran Vía que el nuevo espectáculo de Mayumaná os espera con los brazos abiertos.

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